miércoles, 9 de marzo de 2016

EL PETROLEO EN LA ECONOMÍA MUNDIAL



El combustible que emplean coches, aviones o camiones para desplazarse; el gasóleo que alimenta la calefacción; el asfalto que cubre carreteras, autovías y autopistas; los plásticos empleados para la fabricación de ordenadores, juguetes, electrodomésticos, envases, etc. Estos son sólo algunos de los productos que se obtienen directa o indirectamente del petróleo, y tal variedad de usos hacen que, hoy por hoy, vivir sin el oro negro sea una quimera.

Del petróleo se dice que es el recurso energético más importante en la historia de la humanidad; un recurso natural no renovable que aporta la mayor parte, un 40%, del total de la energía que se consume en el mundo. Según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de productos petrolíferos (CORES), sólo en nuestro país el consumo de productos petrolíferos en 2001 fue de 68'9 millones de toneladas, con un incremento de 2'6 millones de toneladas, un 4%, respecto a 2000.


El petróleo se consume de forma mayoritaria en los países donde no se produce. Entre Estados Unidos y Europa occidental absorben casi la mitad del consumo petrolífero mundial. Sin embargo, los países del Golfo Pérsico, que sólo representan el 4'5% del consumo mundial, son los mayores emisores, con el 26% de la producción. Así las cosas, los países occidentales dependen de la importación, y se ven obligatoriamente sometidos a los precios que imponga un mercado oscilante e imprevisible, cuyas variaciones pueden tener graves y encadenadas consecuencias en la economía mundial: caída del consumo, aumento de la inflación, incremento de los tipos de interés...

Ante este panorama los países dependientes han comenzado a buscar alternativas al petróleo, centrando sus esfuerzos en la obtención de energías baratas y no contaminantes que puedan ser producidas por todos los países para así eliminar monopolios. Un posible sustituto del petróleo como combustible es el hidrógeno, pero su proceso de obtención resulta todavía demasiado caro, y se presume que han de pasar varias décadas para que destrone al rey negro de su trono.







Impacto del petróleo en la economía mundial


EL PRECIO internacional del petróleo cayó alrededor de 50% entre mediados de 2014 y comienzos de 2015. En la última parte del año pasado y hasta ahora, se ha vuelto a acumular otra caída de 50%. Más allá del impacto reciente del acuerdo de Irán, sobre su programa nuclear, que permite anticipar nueva oferta de petróleo, la caída en el precio de este combustible tiene una explicación importante en el drástico incremento en la producción de combustibles fósiles, a partir de nuevas tecnologías de extracción, en Estados Unidos y Canadá. 
A ello se sumaron en distintos momentos cifras de producción sorpresivas, como las de Arabia Saudita o Rusia, que mantuvieron niveles elevados de extracción a pesar de menores precios, y otras de menor significación como Irak o Libia. Por el lado de la demanda, 2014 y 2015 fueron años de bajo crecimiento en el mundo, con sorpresas negativas en China, Europa, Japón, y en países emergentes, lo que afectó los precios de materias primas. El elemento decisivo fue la decisión de OPEP de no reducir producción ante los menores precios, tal de desincentivar la inversión en tecnologías alternativas, para volver, eventualmente, a un mercado abastecido por fuentes tradicionales.
La caída de precios ha producido cambios dramáticos en la suerte de varias naciones. Países como Irán, Venezuela, Irak, e incluso Arabia Saudita, requerirían de precios del petróleo de 100 US$/barril, o más, para equilibrar sus cuentas fiscales, por lo que deberán recortar severamente sus gastos. En contrapartida, hay un fuerte impacto positivo para países dependientes de la importación de combustibles. Para Chile, por ejemplo, la caída en el precio del petróleo hasta el nivel actual le permitiría -si fuese permanente- compensar aproximadamente la tercera parte de la pérdida de ingresos por menor precio del cobre respecto de 2014. Esto sería una mitigación muy significativa del deterioro experimentado en nuestros mercados externos. 
En términos más globales tenemos que, en general, China, Europa, Japón, y en menor grado Estados Unidos, se benefician de menores precios del petróleo, lo que debería ayudar a sostener el tránsito que viven los países desarrollados hacia una recuperación más completa, y suavizar el ajuste hacia una nueva estructura productiva que está afectando a China. No todo el efecto sobre la economía global es positivo, sin embargo. Se ha mencionado que ajustes en precios de esta magnitud crearán desequilibrios fiscales y financieros en países concentrados en producción de petróleo, lo que va a contribuir a dificultar el crecimiento global y las condiciones financieras para países emergentes. Más importante -y negativo- si del efecto deflacionario que tendrán los menores precios del petróleo se sigue una diferenciación aún mayor que la actual en el ritmo de corrección de políticas monetarias entre los países desarrollados, la mayor apreciación del dólar podría deshacer cualquier efecto positivo del petróleo barato para países como Chile.
Por ahora, si el precio del petróleo repunta solo paulatinamente, la expectativa es una recuperación global más sólida y beneficios tangibles para países como el nuestro, con un costo muy significativo para los países productores de petróleo.


¿Por qué ha caído tanto el precio del petróleo?

En primer lugar, el bajo crecimiento que la economía mundial ha registrado a partir de 2009 hasta la fecha ha hecho que la oferta mundial de petróleo esté muy por encima del nivel de demanda. Según las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés), en la actualidad existe una sobreoferta de petróleo de aproximadamente 2.5 millones de barriles diarios. Es que las economías de los grandes demandantes de energía se han desacelerado drásticamente: China registró en 2015 una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 6.9%, la más baja de los últimos 25 años.


Recordemos que a lo largo de las últimas 2 décadas la demanda petrolera mundial estuvo fuertemente arrastrada por la región de Asia-Pacífico, especialmente por China y en menor medida la India que, en aras de mantener elevadas tasas de crecimiento del PIB, privilegiaron la firma de acuerdos de inversión con los países petroleros para garantizar el suministro energético de sus empresas. Ahora el panorama económico es muy distinto.

En segundo lugar, la pugna entre Estados Unidos y Arabia Saudita por el dominio del mercado petrolero mundial los llevó a librar una guerra de precios que no hizo sino apuntalar la caída de las cotizaciones. Estados Unidos favoreció la producción de petróleo y gas de esquisto (shale). Con ello consolidó su posición como uno de los principales países productores e incentivó la acumulación de inventarios (stocks). De acuerdo con los datos más recientes de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por su sigla en inglés), en la semana que terminó el 19 de febrero los inventarios de las empresas petroleras estadounidenses ascendieron a 506.7 millones de barriles, el nivel más alto de los últimos 86 años.

Arabia Saudita, por su parte, apostó por la caída de los precios del petróleo para sacar de la jugada a las empresas estadounidenses. Y, en efecto, en buena medida consiguió debilitar a Washington. Se han perdido decenas de miles de empleos en Estados Unidos, precisamente por el desplome de las ganancias del sector energético. Es que, mientras que entre 2000 y 2014 el auge de los precios de la energía generó unos 400,000 puestos de trabajo en la Unión Americana, en los últimos 18 meses se evaporaron más de 200,000. Tan sólo el pasado mes de enero se perdieron unos 30,000 empleos.

Sin embargo, esta estrategia también resultó dolorosa para Arabia Saudita y las petromonarquías del Golfo Pérsico. Toda vez que la mayor parte de sus ingresos fiscales derivan de las ventas de petróleo, la drástica caída de los precios los colocó en una situación económica insostenible. Algunos de estos países han llevado a cabo reformas impositivas para elevar la recaudación; otros gobiernos de plano han permitido la participación de la iniciativa privada en la industria energética para incentivar la inversión.


Para los grandes países exportadores de petróleo ha resultado exasperante el hecho de que los precios se ubiquen hoy por debajo de los 30 dólares, cuando durante la última década, oscilaron entre 90 y 100 dólares por barril. Por esa razón varios miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), como Venezuela, han insistido en la necesidad de alcanzar un acuerdo que reduzca el techo de la producción petrolera en por lo menos 5% para, de esta manera, propiciar un incremento de los precios.

Bajo esta misma orientación se ha inscrito la política energética de la Federación rusa, país que, si bien no forma parte de la OPEP, ha mostrado una gran disposición para colaborar estrechamente con los integrantes del cártel petrolero, especialmente con Arabia Saudita, a fin de estabilizar los precios a favor de los países productores. El declive de la economía ha marcado la pauta: después de intensas negociaciones, y pese a las enormes diferencias políticas, se logró un acuerdo a mediados de febrero. La OPEP y Rusia tomaron la decisión de congelar la producción petrolera a los niveles del pasado mes de enero, con lo cual, esperan que por lo menos los precios no caigan más.

Lo cierto es que es imposible anticipar que el mercado de petróleo registrará precios altos en el corto plazo. Algunas firmas de inversión estiman que para el año 2017 el precio del crudo podría estabilizarse, superando los 60 dólares por barril. De hecho, hay quienes auguran un incremento por encima de los 100 dólares como el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien considera que en el mediano plazo el precio podría incluso sobrepasar los 200 dólares. Soñar no cuesta nada.

El sector petrolero seguirá enfrentando grandes dificultades. Por una parte, parece casi imposible que la recuperación de la economía mundial se convierta en el detonante de un nuevo auge de precios. Se añade también el hecho de que Irán tiene todo listo para comenzar a exportar petróleo de forma masiva. De acuerdo con la agencia Moody’s, el país persa podría agregar unos 500,000 barriles diarios a la oferta mundial de petróleo durante 2016, con lo cual, se profundizaría aún más la caída de las cotizaciones. El acuerdo entre Rusia y la OPEP también tendrá un efecto marginal sobre las cotizaciones.

Por otra parte, la deflación petrolera ha reducido las inversiones en el sector, y detonado la quiebra de cientos de empresas, principalmente en Estados Unidos. Aquellos inversionistas que confiaron ciegamente en la revolución energética de Washington ahora están al borde del abismo: comprometieron enormes sumas de dinero en proyectos que producen utilidades marginales. Los balances contables de los bancos también se encuentran en un momento crítico, los grandes banqueros de Wall Street no encuentran cómo hacer frente a las deudas incobrables de sus clientes. Y lo mismo pasa en el resto del mundo, las pérdidas suman cientos de miles de dólares a lo largo de los últimos meses, un descalabro colosal.

Los ganadores de la caída del precio del petróleo han sido en alguna medida, los consumidores de a pie. En varios países los combustibles han disminuido de precio y, con ello, se ha conseguido aliviar un poco la economía tanto de las familias, como de pequeños y medianos empresarios. Sin embargo, destaca el hecho de que el drástico desplome de los precios del crudo no ha favorecido la recuperación de la economía mundial como sí sucedió en el pasado luego de una crisis financiera y una larga recesión. Por eso, la economía del petróleo barato ha sido por demás decepcionante.

5 razones del desplome del precio del petróleo

  1. 1)    El fracking implosionó el mercado. La fracturación hidráulica ha sido uno de los factores más importantes para explicar la actual crisis del petróleo. En un mercado dominado durante años por los países de la OPEP, la apuesta del gobierno de Obama por esta técnica que tritura rocas subterráneas para extraer hidrocarburos (el llamado shale oil, o petróleo de esquisto) ha permitido a Estados Unidos, en apenas cinco años, pasar de ser el mayor importador neto del mundo... a convertirse en el primer productor mundial de petróloe por delante de Arabia Saudí.


  1. 2)    Exceso de oferta de petróleo. Junto a la demanda timorata, es uno de los dos motivos principales que explican la caída de valor del barril. La OPEP, consciente de la competencia estadounidense, decidió en 2014 sacrificar el precio del crudo a cambio de mantener su cuota de mercado. Ese exceso de oferta en el mercado —pensaban los países del cártel, liderados por Arabia Saudí— hundiría los precios hasta un nivel insoportable para los productores del fracking. Pero si bien es cierto que muchas plataformas de fracking han echado el cierre, el aprendizaje tecnológico ha permitido a otras seguir adelante. Los árabes pensaban que por debajo de 50 dólares (el precio que los expertos consideran como límite para que la fracturación hidráulica sea rentable) tendrían la batalla ganada porque a ellos producir un barril solo les cuesta 10 dólares. Pero de momento, no es así. Según la Asociación Internacional de la Energía (AIE), la producción de petróleo de los países ajenos a la OPEP solo cae en 0,6 millones de barriles diarios en 2016. Y el mercado sigue saturado. La oferta sigue superando en 1,5 millones de barriles a la demanda, según los datos de esta organización, y eso sigue tirando el barril a la baja hasta precios que, según diversos analistas, podrían caer incluso hasta los 10 dólares. "Este juego no acabará hasta que Arabia Saudí recupere la cuota de mercado perdida, en torno al 42% del conjunto de la OPEP en 2012", vaticina Tomás García-Purriños, analista de MoraBanc AM.



 

3. Irán: más crudo en circulaciónEl mercado del petróleo tendrá en breve a un nuevo jugador fuerte en el mercado. Uno que posee las cuartas mayores reservas de petróleo y las segundas de gas. "Pondremos medio millón de barriles diarios adicionales en el mercado de forma inminente", anunció hace unos días el viceministro iraní de petróleo, Amir Hossein Zamaninia, tras decretarse el fin de las sanciones de Occidente por el cese de sus aspiraciones nucleares. En 2012, antes de las sanciones, Irán exportaba 2,6 millones barriles diarios. Pero durante los años de castigo internacional se redujeron a la mitad: 1,3 millones de barriles. Los países asiáticos y europeos eran antes del bloqueo los principales clientes del crudo iraní. España, por ejemplo, importaba 4.000 millones de euros anuales en petróleo del régimen de los ayatolás, que se redujeron a solo 85 millones en 2013.
4. La demanda no se recupera y China se desacelera. Si el exceso de oferta de petróleo ha sido un lastre para el precio del barril, tampoco la demanda ha funcionado como se esperaba. La desaceleración de China —creció en 2015 al 6,9%, su menor tasa en 25 años— y la apocada recuperación en las economías occidentales, con la Unión Europea a la cabeza de la parálisis, no empujan a una mayor demanda de crudo. "El repunte del consumo de los importadores de petróleo ha sido algo menor a lo que habría cabido esperar teniendo en cuenta otros episodios de caídas de precios en el pasado", aseguraba el FMI en su último informe de perspectivas económicas. Según el organismo dirigido por la francesa Christine Lagarde, el motivo que puede explicarlo es que "algunas de estas economías aún se encuentran en un proceso de desapalancamiento" de la deuda en la que incurrieron durante los años de la crisis. 5. Las temperaturas han sido más altas de lo normal. Que el año pasado fuera el más cálido en la Tierra desde que se tienen registros, también ha impactado sobre el precio del petróleo. Y la tendencia se mantendrá en el futuro. "El planeta se sigue calentando y no hay ningún cambio de rumbo global previsto a largo plazo", explicó la NASA la semana pasada en su informe sobre el clima del planeta. Un planeta más cálido implica una menor necesidad de hidrocarburos para calentarlo porque del petróleo se refina el gasoil, la materia más utilizada para la calefacción. "El año ha sido especialmente cálido en períodos invernales, que es cuando mayor demanda de gasóleo se produce", explicaba recientemente a este medio la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). De ahí, por ejemplo, que la caída del precio del gasoil sea mayor que el de la gasolina en los mercados de carburantes.


5. Las temperaturas han sido más altas de lo normal. Que el año pasado fuera el más cálido en la Tierra desde que se tienen registros, también ha impactado sobre el precio del petróleo. Y la tendencia se mantendrá en el futuro. "El planeta se sigue calentando y no hay ningún cambio de rumbo global previsto a largo plazo", explicó la NASA la semana pasada en su informe sobre el clima del planeta. Un planeta más cálido implica una menor necesidad de hidrocarburos para calentarlo porque del petróleo se refina el gasoil, la materia más utilizada para la calefacción. "El año ha sido especialmente cálido en períodos invernales, que es cuando mayor demanda de gasóleo se produce", explicaba recientemente a este medio la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). De ahí, por ejemplo, que la caída del precio del gasoil sea mayor que el de la gasolina en los mercados de carburantes.

Efectos sobre la economía mundial


1. Más renta disponible para consumir. Se ha apuntado este mes una evidencia sobre la bajada del petróleo y su efecto en los ciudadanos de países importadores de crudo. "Está apuntalando la demanda de los hogares, especialmente en las economías avanzadas, donde los usuarios finales se benefician plenamente de este abaratamiento", decía el organismo monetario en su informe de perspectivas económicas de enero. La caída en los precios de las gasolinas, por lo tanto, las familias disponen de más dinero ahora para gastar en otros productos.

2. Las empresas ahorran costes y pueden invertir más. La reducción de costes de transporte y energía permite a también a nuestras empresas ser más competitivas porque los costes asociados al petróleo (suministros, transporte) son ahora inferiores. Además, lo que se ahorra en estos gastos se puede dedicar a nuevas inversiones. "Entre las empresas más beneficiadas están las aerolíneas o empresas de transportes", También las agencias de viajes, las empresas automovilísticas (un petróleo barato anima a comprar carros) y las empresas de consumo y distribución. "También genera un entorno de oportunidades al sector exterior".

3.  Los almacenes se llenan de stock barato. Las petroleras han aprovechado los precios bajos para llenar sus tanques en previsión de un repunte futuro del crudo. Según el último informe de la AIE, el año pasado se cerró con 1.000 millones de barriles más en el inventario mundial que un año antes. La implicación que tiene sobre el precio es evidente: cuando los productores se decidan a cortar el grifo porque en vez de acudir al mercado optarán por recuperar sus existencias almacenadas. Así que los productores tendrán que seguir manteniendo el precio bajo para lograr colocar su petróleo en el mercado.


4. Despidos y freno inversor en las petroleras. "Las compañías se tendrán que ajustar a la nueva realidad del mercado, recortando gastos y eliminado inversiones a futuro"  

5. Crisis económica en los países productores y división en la OPEP. Arabia Saudí ha tomado medidas para conjugar la pérdida de ingresos que le supone el desplome del petróleo, como reducir las subvenciones a las gasolinas en el país —ahora un 50% más caras—, pero aún puede vivir con el crudo a 30 dólares. El resto de los países de la OPEP no pueden decir lo mismo. Y la unidad del cártel comienza a resquebrajarse. El gobierno de Nigeria ha pedido una reunión urgente en marzo para revisar la estrategia de "bajos precios para mantener cuota de mercado" comandada por los saudíes. A los nigerianos les cuesta 31 dólares producir un barril, así que la extracción de hidrocarburos les resulta ya deficitaria en origen. Lo mismo les sucede a los países latinoamericanos (México, Venezuela) que forman parte del cártel. "Muchos exportadores de petróleo tienen menor margen para amortiguar el shock", asegura el FMI. "Los productores probablemente tengan que enfrentarse a tensiones sociales al obligarles las caídas en los beneficios de la extracción de crudo a recortar en ayudas domésticas", añade Nicolas Robin, gestor de fondos de materias primas en Columbia Threadneedle Investments. 

6. El componente geopolítico. ¿Se beneficia políticamente Occidente de un petróleo barato? El revés económico que supone la caída del crudo, por ejemplo, para Venezuela, es fortísimo porque su economía depende de los ingresos del crudo. Rusia también está en dificultades; elaboró sus presupuestos para 2016 tomando como referencia un barril a 50 dólares, pero ha terminado anunciando recortes superiores al 10% en sus programas sociales para poder cuadrar sus cuentas, lo que podría tensionar a su población. Por no hablar de Oriente Medio, en pleno conflicto por la expansión del grupo terrorista ISIS —que controla pozos de petróleo— y por la riña entre Irán y Arabia Saudí. “Es evidente que estamos ante una tormenta perfecta", asegura Mark Burgess, director de Inversiones para EMEA y director de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments. "La geopolítica ha tenido históricamente un impacto limitado en los mercados, pero el conflicto entre Arabia Saudí e Irán es distinto porque dependemos de Arabia Saudí: es un Estado estable en una zona inestable, es un importante productor de petróleo y su política exterior está alineada con los intereses occidentales”. La situación de ambos países, además, es empeorable porque tienen un rating bajo de deuda y pueden tener dificultades para acceder a financiación en el mercado.
 


¿Que es OPEP?

OPEP es la sigla que identifica a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, una entidad fundada en 1960 que reúne a doce países. La asociación fue creada con el objetivo de coordinar las políticas de sus integrantes referidas al petróleo, de modo tal que puedan proteger sus intereses.

En concreto, los doce países que actualmente forman parte de la OPEP son los siguientes:

1. Argelia.
2. Angola.
3. Ecuador.
4. Irán.
5. Irak.
6. Kuwait.
7. Libia.
8. Nigeria.
9. Catar.
10. Arabia Saudita.
11. Emiratos Árabes Unidos.
12. Venezuela.

De todos ellos, hay que destacar que actualmente el país que más produce es Arabia Saudita, que alcanza entre 9,5 y 10,5 millones de barriles diarios. A este le siguen Venezuela e Irán. Por el contrario, los que menos producen del grupo son Catar y Libia.
Asimismo no podemos olvidar que tiempo atrás también fueron miembros de esta organización internacional tanto Gabón, que permaneció dentro desde 1975 hasta 1994, e Indonesia. Este país se incorporó en 1962 y decidió abandonar la entidad en 2009.

El surgimiento de la OPEP fue una respuesta de las 
naciones que producen petróleo a una caída generalizada de los precios, impulsada por las empresas distribuidoras. El proyecto surgió a partir de una iniciativa de los gobiernos de Arabia Saudita y Venezuela.

En concreto, se fundó el 14 de septiembre de 1960 en la ciudad de Bagdad después de llevar a cabo la firma de un convenio. En este se acordaron una serie importante de resoluciones, entre las que destacan las siguientes:

• Que los miembros de la OPEP, en todo momento, exigirían que las distintas compañías petroleras mantuvieran los precios de manera estable.
• Que el principal objetivo de la puesta en marcha de la organización era la unificación de todas las políticas petroleras por parte de los países que formaban parte de ella.

• Que se reunirían al menos dos veces al año.

• Que los países miembros velarían en todo momento por la creación de un sistema que asegurará la estabilización de los precios. Y que para ello se tomarían las medidas que fueran oportunas tales como, por ejemplo, la regularización de la producción.

La ONU reconoció a la OPEP dos años después de su fundación, en 1962. Por ese entonces, la sede de la entidad se hallaba en la ciudad suiza de Ginebra. A partir de 1966, la base de operaciones se instaló en Viena, la capital de Austria.
Los países de la OPEP albergan el 75% de las reservas mundiales y producen más del 40% del petróleo que se comercializa en todo el planeta. Debido a que las naciones que están incluidas en la organización podrían alcanzar su pico productivo en torno a 2015, se espera que el poder de la OPEP crezca todavía más en el futuro.



Bibliografía 

http://www.20minutos.es/noticia/2653191/0/causas-efectos/crisis-petroleo-barato/perjudicados-beneficiados/http://www.cnnexpansion.com/economia/2016/01/20/5-razones-del-desplome-del-precio-del-petroleohttp://petroleosmq.blogspot.com/http://www.latercera.com/noticia/opinion/editorial/2016/01/894-665168-9-impacto-del-petroleo-en-la-economia-mundial.shtml