miércoles, 9 de marzo de 2016

Efectos sobre la economía mundial


1. Más renta disponible para consumir. Se ha apuntado este mes una evidencia sobre la bajada del petróleo y su efecto en los ciudadanos de países importadores de crudo. "Está apuntalando la demanda de los hogares, especialmente en las economías avanzadas, donde los usuarios finales se benefician plenamente de este abaratamiento", decía el organismo monetario en su informe de perspectivas económicas de enero. La caída en los precios de las gasolinas, por lo tanto, las familias disponen de más dinero ahora para gastar en otros productos.

2. Las empresas ahorran costes y pueden invertir más. La reducción de costes de transporte y energía permite a también a nuestras empresas ser más competitivas porque los costes asociados al petróleo (suministros, transporte) son ahora inferiores. Además, lo que se ahorra en estos gastos se puede dedicar a nuevas inversiones. "Entre las empresas más beneficiadas están las aerolíneas o empresas de transportes", También las agencias de viajes, las empresas automovilísticas (un petróleo barato anima a comprar carros) y las empresas de consumo y distribución. "También genera un entorno de oportunidades al sector exterior".

3.  Los almacenes se llenan de stock barato. Las petroleras han aprovechado los precios bajos para llenar sus tanques en previsión de un repunte futuro del crudo. Según el último informe de la AIE, el año pasado se cerró con 1.000 millones de barriles más en el inventario mundial que un año antes. La implicación que tiene sobre el precio es evidente: cuando los productores se decidan a cortar el grifo porque en vez de acudir al mercado optarán por recuperar sus existencias almacenadas. Así que los productores tendrán que seguir manteniendo el precio bajo para lograr colocar su petróleo en el mercado.


4. Despidos y freno inversor en las petroleras. "Las compañías se tendrán que ajustar a la nueva realidad del mercado, recortando gastos y eliminado inversiones a futuro"  

5. Crisis económica en los países productores y división en la OPEP. Arabia Saudí ha tomado medidas para conjugar la pérdida de ingresos que le supone el desplome del petróleo, como reducir las subvenciones a las gasolinas en el país —ahora un 50% más caras—, pero aún puede vivir con el crudo a 30 dólares. El resto de los países de la OPEP no pueden decir lo mismo. Y la unidad del cártel comienza a resquebrajarse. El gobierno de Nigeria ha pedido una reunión urgente en marzo para revisar la estrategia de "bajos precios para mantener cuota de mercado" comandada por los saudíes. A los nigerianos les cuesta 31 dólares producir un barril, así que la extracción de hidrocarburos les resulta ya deficitaria en origen. Lo mismo les sucede a los países latinoamericanos (México, Venezuela) que forman parte del cártel. "Muchos exportadores de petróleo tienen menor margen para amortiguar el shock", asegura el FMI. "Los productores probablemente tengan que enfrentarse a tensiones sociales al obligarles las caídas en los beneficios de la extracción de crudo a recortar en ayudas domésticas", añade Nicolas Robin, gestor de fondos de materias primas en Columbia Threadneedle Investments. 

6. El componente geopolítico. ¿Se beneficia políticamente Occidente de un petróleo barato? El revés económico que supone la caída del crudo, por ejemplo, para Venezuela, es fortísimo porque su economía depende de los ingresos del crudo. Rusia también está en dificultades; elaboró sus presupuestos para 2016 tomando como referencia un barril a 50 dólares, pero ha terminado anunciando recortes superiores al 10% en sus programas sociales para poder cuadrar sus cuentas, lo que podría tensionar a su población. Por no hablar de Oriente Medio, en pleno conflicto por la expansión del grupo terrorista ISIS —que controla pozos de petróleo— y por la riña entre Irán y Arabia Saudí. “Es evidente que estamos ante una tormenta perfecta", asegura Mark Burgess, director de Inversiones para EMEA y director de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments. "La geopolítica ha tenido históricamente un impacto limitado en los mercados, pero el conflicto entre Arabia Saudí e Irán es distinto porque dependemos de Arabia Saudí: es un Estado estable en una zona inestable, es un importante productor de petróleo y su política exterior está alineada con los intereses occidentales”. La situación de ambos países, además, es empeorable porque tienen un rating bajo de deuda y pueden tener dificultades para acceder a financiación en el mercado.
 

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